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1984 Hurbanistorias - Rodrigo González


Ingeniero, estudio: Jorge Rossell.
Grabación: 1984.
Discográfica L.P: Discos Pentagrama.
Nº de catalogo: LPP-042.
Discográfica C.D: Discos Pentagrama.
Nº de catalogo: PCD-042
Fotografía: Fabrizio León.
Diseño gráfico: Ana Herrera.


Pistas:

   Lado 1.

01 El Campeón.
(R. González G.)   3:48
02 Perro En El Periférico.
(R. González G.)   4:28
03 Balada Del Asalariado.
(R. González G.)   4:16
04 Distante Instante.
(R. González G.)   3:41
05 Oh, Yo No Sé.
(R. González G.)   2:12
06 Rock En Vivo.
(R. González G.)   4:53

   Lado 2.

07 Ratas.
(R. González G.)   4:47
08 Estación Del Metro Balderas.
(R. González G.)   4:48
09 Vieja Ciudad De Hierro.
(R. González G.)   3:08
10 Canicas.
(R. González G.)   3:34
11 No Tengo Tiempo (De Cambiar Mi Vida).
(R. González G.)   4:31
12 Rock Del Este.
(R. González G.)   5:19

   Duración total: 49:14 minutos aprox.


 Contraportada.

 Disco.

 Booklet.

Booklet.


Rodrigo González "Rockdrigo":

Voz, guitarra, armónica, arreglos.


Letras:


El Campeón.
(R. González G.)

Si alguna vez has estado al revés,
sabrás ya bien a qué huelen tus pies.
Si al sacudirte cayó el almidón,
con que te pegaron o te hicieron campeón.

Campeón de programa y de rigidez,
con Oscar de premio a la insensatez,
jefes y maestros prueben la honrarles,
de la tía esclerosis con su valium 10.

Si en un sentido se fue lo entumido,
y el cerebro se siente menos estreñido
mas, la Jefa Gran Costumbre no pierde ocasión,
para onanizarte y mutarte en campeón.

Campeón de milagros y días estorbosos,
dos medallas de oro en dengues y en osos,
corazón de acero, ojos de cartón,
todo barnizado como un buen campeón.

Si alguna vez has estado al revés,
sabrás ya bien a qué huelen tus pies.
Si alguna vez has estado al revés,
sabrás ya bien a qué huelen tus pies.

Sí, sí, sí, sí.
Si alguna vez.
Si alguna vez.


Perro En El Periférico.
(R. González G.)

Sólo era una representación,
tan sólo un acto de teatro,
una simple asimilación
de aquel tiempo y ese espacio.

Desde que nació barnizaron sus entrañas,
retacaron su cabeza de patrañas.

Costumbres que como arañas
lo atraparon en su red hecha de mañas.

Creció creyendo ser normal
con los botones precisos,
superando al animal
en el cuarto y quinto incisos.

Pero un día tronó, y desde arriba él miró
el desorden de todo el barullo esférico.

Fue entonces que se sintió
como un perro en el Periférico.
Fue entonces que se sintió
como un perro en el Periférico.

Confundido por creencias de Religiones y Ciencias
aturdido por el ruido, en su interior, bien perdido
tan sólo un disco rayado a un volumen muy histérico
sin saber para qué lado, como un perro,
como un perro
en el Periférico.

Sólo era una representación,
tan sólo un acto de teatro,
una simple asimilación
de aquel tiempo y ese espacio.

Confundido y colérico,
como un perro en el Periférico.
Confundido y colérico,
como un perro en el Periférico.

Periférico, Periférico,
Periférico, histérico, esférico,
histérico, esférico, histérico, esférico,
histérico, esférico, histérico, esférico...

Perro en el Periférico.


Balada Del Asalariado.
(R. González G.)

Me asomé a la ventana y vi venir al cartero
me entretuve pensando en una carta de amor.
más, no no no, eran la cuenta del refri
y del televisor.

Me asomé a la ventana y vi venir a Romero.
me entretuve pensando en que venía a saludar.
más, no no no, eran seis meses de renta
que tenía que pagar.

Me asome a mis adentros, sólo vi viejos cuentos 
y una manera insólita de sobrevivir,
mire hacia todos lados dije: “Dios, ¿qué ha pasado?”
Nada muchacho,
sólo eres un asalariado.

Por la puerta entraron mi mujer y mis hijos,
preparo la alegría que nos va a acariciar.
más, no no no, la despensa y la escuela
se tienen que pagar.

Pagar, pagar, paga, pagar sin descansar.
Pagar tus pasos, hasta tus sueños
Pagar tu tiempo y tu respirar
Pagar la vida con alto costo
y una moneda sin libertad.
Suben las cosas, menos mi sueldo
¿qué es lo que se espera de este lugar?

No, no, no.

Me fui para la iglesia a buscar un milagro
rezándole a un retablo quise ver la cuestión.
más no no no, lo que vi fue al diablo
de la devaluación.

Me asome a mis adentros...

Me asomé a la ventana
y vi venir a tu hermana.


Distante Instante.
(R. González G.)

Si volviera el amor,
si tuviera un hermano, un amigo,
un sueño en la mano,
moriría ese dolor de buscar el calor
en el cruel laberinto, de este vaso de alcohol
de estas calles sin sol.

Si tuviera ilusiones
si existieran razones, locuras, mentiras, pasiones
no habría necesidad de pasarme por horas
bebiendo cantimploras de esta gris soledad,
de esta eterna ansiedad.

Si pudiera borrarme esos viejos recuerdos
que como viles cuervos arrancan ya mis ojos,
dejando mis despojos entre historias hirientes,
igual de indiferentes
al amor y a las gentes.

Si te hubieras quedado,
si me hubieras pedido que quemara el sonido
de ese viejo pasado,
no estaría aquí metido ahogando mis entrañas,
arañando el olvido
bien confuso y perdido.

Cuando tenga la suerte
de encontrarme a la muerte
yo le voy a ofrecer
todo el tiempo vivido
y este vaso henchido por un distante instante,
un instante de olvido

Si pudiera borrarme...

Si volviera el amor...


Oh, Yo No Sé.
(R. González G.)

Oh, yo no sé
por qué no me las sueltas,
si te aviento choros y te doy mil vueltas,
hasta soy cuaderno ya de tus papás,
le doy pa’ su chela
a tu hermano el rapaz.

Oh, yo no sé
por qué no me las das,
si agarras la onda te alivianarás
y si me las sueltas al grito de “zaz”,
en viaje muy chido
tú te meterás.

Tú te meterás, en un viaje muy chido.
En un viaje muy chido, tú te meterás.

Oh, yo no sé
por qué no me las prestas,
si te hago regalos y te llevo a fiestas;
te invito a cenar al mejor restoran,
te llevo en mi carro
hasta Atizapán.

Oh, yo no sé
por qué no te alivianas,
de soltar la luz, se me quitan las ganas
si yo ya te dije que me iba a casar,
con sólo tantito nada va a pasar.

Nada va a pasar, con sólo tantito.
Con sólo tantito, nada va a pasar.


Rock En Vivo.
(R. González G.)

No falta nada en la estructura del smog
los zapatos viejos y las caras oxidadas
las máquinas rugen feroces
sobre Antonio Caso
sombras que entran y salen, oliendo a cerveza.

Clavado en una idea volteo a ver si aterrizas
me asomo al reloj, y es más que un calendario
sospecho que allá afuera
sólo hay desconocidos,
figuras de cera que pasan sin decir tu nombre.

No, no hay manera de regresar la cinta
tu amor fue un Rock en vivo
dos, tres manchas de tinta,
un requinto de jazz, fugaz e improvisado,
una imagen en el aire de un pintor apresurado.

Ya todo es esquema desde que partió tu barco
máquinas sistemas, estructuras, sin embargo,
un acorde vuela
me platica de una isla
y un navegante herido pasar tras tus ojos.

Traigo en mi entraña, un pedazo de aerolito
me doy algo de maña, pero no me comunico
Un viajero me ha dicho
que navegas lejos
en busca de tierras ajenas, calor y azulejos.

No, no hay manera, de regresar la cinta
Tu amor fue un Rock en vivo,
dos, tres manchas de tinta...


Ratas.
(R. González G.)

Veloces sombras se escurren silenciosas
al amparo de la oscuridad.
Veloces sombras se adueñan de las calles,
y las cloacas de la gran ciudad.

Voraces e inteligentes,
gustan vivir entre gentes,
contándolas por millones,
y de especies diferentes.

Cinco por cada persona,
robándose el alimento,
propagando enfermedades,
haciendo oler mal el viento.
Asesinando a los niños,
sin que nadie haga nada,
enseñándonos sus dientes,
escondidas en la matas.
Llegan hambrientas
las ratas.

¡Ratas! Saliéndose por mis ojos,
enredadas entre mis pestañas,
contándolas por manojos,
dotadas de millones de mañas.

Ratas entre comerciante, sacándote la cartera,
arriba y abajo en el metro.

Ratas por donde quiera, sacándote una charola,
cayéndote encima cual ola,
vestidas con trajes finos, vestidas con cualquier quimera.

Ratas por todas partes; ratas los lunes y martes,
ratas mientras entro y salgo, royéndote las noticias,
queriendo quitarte algo, contándote cosas ficticias,
queriendo quitarte algo, contándote cosas ficticias…

No, no, no…

Veloces sombras, se escurren silenciosas...


Estación Del Metro Balderas.
(R. González G.)

Sáquese de aquí señor operador
que este es un secuestro, yo manejo el convoy.
Mejor haga caso, para usted es mejor.
Así es que hágase a un lado porque ahí le voy.

Hace cuatro años que a mi novia perdí
en esas muchedumbres que se forman aquí.
La busqué en andenes y en salas de espera,
pero ella se perdió... en la estación de Balderas.

En la estación del metro Balderas:
ahí fue donde yo perdí a mi amor.
En la estación del metro Balderas:
Ahí dejé embarrado mi corazón.
No, no, no, no, no, no, no.

En la estación del metro Balderas,
una ola de gente se la llevó.
En la estación del metro Balderas,
vida mía te busqué d convoy en convoy.

Mejor haga caso o le doy un balazo
¿No se ha dado cuenta que estoy muy alterado?
Ya lo digo Freud no recuerdo en qué lado
sólo es la experiencia que he experimentado.

Antes de la ruta que me lleva al trabajo
hoy estoy dispuesto a mandarla al carajo.
Llévame hacia Hidalgo o hacia donde quieras,
pero no me cruces, no… por la estación de Balderas.

En la estación del metro Balderas...


Vieja Ciudad De Hierro.
(R. González G.)

Vieja ciudad de hierro,
de cemento y de gente sin descanso,
si algún día tu historia tiene algún remanso
dejarías de ser ciudad.

Con tu cuerpo maltrecho
por los años y culturas que han pasado,
por la gente que sin ver, has albergado:
el otoño para ti llego forzado.

Ya que,
te han parado el tiempo,
te han quitado la promesa de ser viento,
te han quebrado las entrañas y el silencio,
ha volado como un ave sin aliento.
Se ha marchado lejos 
tu sonrisa clara y en tus azulejos
han morado colores que son añejos
y ahora ya no brillan más.

Capital de mil formas,
de recuerdos que se mueren entre el polvo,
de tus carros, de tus fábricas y gentes
que se hacinan y tu muerte no la sienten.

¿Qué harás con la violencia
de tus tardes y tus noches en tus calles?
y tus parques y edificios coloniales 
convertidos en veloces ejes viales.

Ya que,
te han parado el tiempo...


Canicas.
(R. González G.)

Esta historia que les voy a relatar
es de un hombre rico que tenía lo que quería,
mas ese hombre rico tenía una afición,
eran las canicas que serían su perdición.

Tenía muchas canicas de muchos colores;
grandes, medianas, cayucos y balines.
También tenía agüitas y ojos de gato
y una que otra de barro, para no discriminar.

Un día en el que estaba jugando a las canicas
ganó el partido y se puso muy contento,
tan contento estaba que las quiso probar
un cayuco, un balín y una agüita agarró

Y se las tragó, sí,
y se tapó,
y se murió,
y todo por comer canicas.

Si también a ti te gustan las canicas
y algún día tienes ganas de probarlas,
ve a la tienda de la esquina y compra muchos chicles,
chicles de bola y masca hasta cansarte,

Pero nunca vayas a comer… canicas,
canicas, canicas, canicas,
canicas, canicas, canicas.

No, no, no, no comas canicas.
No, no, no pues te puedes tapar.
No, no, no luego no me platicas.
No, no, no hay te vas a quedar.

Yo te suplico querido amigo, amiga,
hermana, nunca vayas a comer canicas.

No, no, no.


No Tengo Tiempo (De Cambiar Mi Vida).
(R. González G.)

Cabalgo sobre sueños innecesarios y rotos,
prisionero iluso de esta selva cotidiana.
Y como hoja seca que vaga en el viento
vuelo imaginario sobre historias de concreto.

Navego en el mar de las cosas exactas,
voy clavado en momentos de semánticas gastadas;
y cual si fuera una nube esculpida sobre el cielo
dibujo insatisfecho mis huellas en el invierno.
Ya que yo.

No tengo tiempo de cambiar mi vida.
La máquina me ha vuelto una sombra borrosa;
y, aunque soy la misma tuerca que han negado tus ojos,
sé que aún tengo tiempo para atracar en un puerto.

Camino automático en una alfombra de estatuas,
masticando en mi mente las verdades más sabidas;
y como un lobo salvaje que ha perdido su camino,
he llenado mis bolsillos con escombros del destino.

Sabes bien que manejo implacable mi nave cibernética
entre aquel laberinto de los planetas muertos;
y, cual si fuera la espuma de un anuncio de cerveza,
una marca me ha vendido ya la forma de mi cabeza.

Ya que yo:
No tengo tiempo de cambiar mi vida.
la máquina me ha vuelto una sombra borrosa;
y, aunque soy la misma tuerca que han negado tus ojos,
sé que aún tengo tiempo para atracar en un puerto.


Rock Del ETE.
(R. González G.)

Dicen que llegó de lejos,
allende la estrellas,
anda en busca de mujeres
quién sabe qué quiere con ellas.
No le importa que sean viejas
jóvenes, feas o bellas.

No es el pájaro uy uy uy,
pero llegó del cielo.
Tampoco el gallito inglés,
pero causa más desvelo.
De cuello largo y cabezón,
pelón, pues carece de pelo.
¿Sabes quién es?

Es el ETE, A donde quiera se mete.
Es el ETE, a las mujeres somete.
Cierren puertas y ventas,
escondan a sus hermanas,
ahí viene el ETE.

Los niños juegan con él,
y a los mayores aterra.
Los esposos y los novios
lo quieren correr de la tierra.
Anda tras él la policía
y a los chayotones provoca alegría.

Trae un mensaje de amor
Para solteras y viudas.
Dicen que quita el insomnio
y hasta cura las crudas.
Y, aunque no es para tanto,
casi lo quieren volver un santo.

¿Sabes quién es?

Es el ETE, a donde quiera se mete...


Álbum Completo · Audio.


Portada del Cassette original, 1984.

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